sábado, 21 de junio de 2008

Grande Benjamin


Los relojes de la Javier Prado no funcionan. Por 3 días ya, llego y salgo a las 12:46. Parece que las horas de viaje en donde tanto se ve y experimenta no contasen.
Subo al micro y llega mi compa, mi choche. Sube con parlante y micrófono en manos. No señores. Ya no es sólo con guitarra y a todo pulmón. Ahora es con metales y plástico. Es la globalización que marca las 12:46.
Interpreta un par de canciones, nada nuevo. Penas de amores y un maletín con caramelos Big Ben.
Seis por cincuenta, a 10 centavos la unidad. Vende, se baja. 12:46.

¿La historia? ¿La Biblia? Ya ni el tiempo...

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